Angélica María Zorrilla

Cali – Colombia
1980

Angélica María Zorrilla nació en 1980 en la ciudad de Cali. En el año 1998 entró a estudiar artes en la Pontificia Universidad Javeriana sede Bogotá donde obtuvo el grado de Maestra en Artes con énfasis en Expresión Gráfica en 2005. A la par, durante ese tiempo, se desempeñó como profesora de apreciación del arte en la Academia “La Buhardilla” hasta el 2002. En ese mismo año participó en el Seminario de Escultura auspiciado por el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Ya hacia el año 2006 inició sus estudios de maestría en Artes Plásticas y Visuales en la Universidad Nacional de Colombia recibiendo su grado dos años más tarde en 2008, con una Beca otorgada por la vicerrectoría académica de la Universidad Nacional para estudiantes sobresalientes de posgrado. Por aquel entonces trabajó en el área de diseño editorial y diagramación en el Taller de Arte Dos Gráficos de la Galería Sextante, lugar donde exhibió más adelante sus obras.

Hacia el año 2008 se vinculó a la Universidad Nacional en calidad de profesora de dibujo y, un año más tarde, como docente en las cátedras de apreciación del arte, de bocetos y expresión, y dibujo en la Pontificia Universidad Javeriana. En ese año 2009 trabajó en el proyecto “Memoria decapitada” del Museo del Claustro San Agustín. Ya en el 2012 se desempeñó como tallerista de dibujo en el programa cultural Fedepalma, el cual realizó talleres en varias regiones de Colombia tales como Magdalena, Cesar y Casanare. Un año después participó en su primer proyecto internacional titulado “Ping-Pong” en convenio con el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Gobierno de Tailandia. De dicha iniciativa se publicó el libro “BackForth”, el cual incluye pinturas de su autoría junto con las creaciones de la también artista Kriangkrai Khongkhanun. Ese mismo año colaboró en el proyecto “De la paz y de lo otro no más” auspiciado por el Banco de la República y la Agencia para la Reintegración.


EXPOSICIONES

GALERÍA SEXTANTE
Divertimentos, 2020
Bogotá Colombia

GALERÍA SEXTANTE
Geometría replicante, 2018
Bogotá Colombia

GALERÍA SEXTANTE
Albur – Visiones del adentro y del afuera, 2012
Bogotá Colombia


Textos

La piel de cerca y caliente por Rodrigo Campos López, redactor de El Tiempo

Decir «pintura íntima» al referirse a la exposición que inauguró ayer Angélica María Zorrilla es quedarse corto. Porque no es su intimidad la que está sobre el papel de algodón: es ella misma.

La dedicada observación que ha hecho de su cuerpo, -ese con el que ha peleado tantas veces-, de su feminidad, de su esencia, es lo que deja en cada trazo de carboncillo. Lo que se ve son sus pliegues, sus texturas, la vida que sobre ella ha dejado marcas y en su piel pliegues.

{slide Un camino largo, periódico El Tiempo, junio 30 de 2005}

Esta exposición, titulada Arbitra la maquinaria, es resultado de mucho tiempo de encierro -en sí misma y en su casa – durante el cual experimentó con diferentes materia les.

La relación singular que tiene con su cuerpo, que, ente otras cosas, la hizo coleccionar su pelo, la llevó a experimentar con éste para ver si podía lograr las texturas que buscaba. «Lo tenía hasta acá y me lo corté dice mientras pone el borde de su mano contra el brazo contrario, una cuarta abajo del hombro-. Pero el pelo tiene su propia tensión y no se deja manejar».

Y no sólo le interesa con qué pinta, sino sobre qué lo hace. «Durante la carrera siempre traté de hacer mi propio papel», asegura.

Su superficie actual, que hace aún más personales sus dibujos, son las bolsas, secas y desdobladas, que quedan del té que toma todo el día, taza tras taza.

«Las bolsas de té son hechas de papel de algodón, que es muy poroso y no retiene el carboncillo. Entonces las sello con goma arábiga», dice.

Esa meticulosidad en la `fabricación’ de su papel -secar, desdoblar, limpiar- es sólo comparable con el resultado de sus dibujos: detalles de marcas de los movimientos de sus tobillos o los pliegues entre sus dedos, en sus genitales, en sus orejas. «Son lugares que creemos que conocemos y nunca hemos mirado».

El resultado termina cargado de erotismo: es piel en primer plano, que invita a mirar la.

Y la calidad, que toma sin querer elementos de otros artistas más experimentados -de las fotografías de Sandra Bermúdez, de los dibujos de José Antonio Suárez y de las texturas de Luis Fernando Roldán-, es muy destacable en un proyecto de grado.

Un camino largo, periódico El Tiempo junio 30 de 2005

«Se cree que lo valioso es lo enorme. Yo siempre he creído en lo portátil y lo pequeño». Lo que dice Angélica María Zorrilla lo sustenta con una serie de dibujos que expone la galería Sextante, de Bogotá.

Son sutiles. Parece que nada les sobra. Ni a los hechos en papel con lápiz ni a los hechos sobre bolsitas de té, marrones por su uso. Son dibujos limpios y claros, que invitan a ser vistos como quien está frente a algo hecho con mucho cuidado.

Esta exposición de veinte obras se la dedicó, en buena parte, a la melancolía. Así que las bolsitas de té tienen dibujos de órganos a los cuales se les ha asociado a través de la historia alguna característica sobre este estado: «Corazón: la manzana podrida», «Bazo, medio vacío»; «Útero: diminuta sensación de grandeza».

Junto con los dibujos, la artista muestra un video corto, en diez partes, que se relacionan con el resto de la obra. También son hechos con muy bajo presupuesto. «Dibujo sobre papeles que recolecto. Me aterra la pulcritud de los papeles de artista y ese valor inherente que tienen. Como sufro insomnio tomo té y luego pinto en las bolsitas», dice.

No le molesta admitir que su obra tiene algo de autobiográfica y que le gusta proponerse acciones laboriosas e inciertas. Para ella, el dibujo es, más que una técnica, una manera de conectarse consigo misma.»El dibujo es una forma de pensar, más que una técnica. Hay una conexión entre el ojo, la mano y el alma y el dibujo deja surgir esa relación», concluye.