Uribe Gloria URGL 2
Uribe Gloria
A mitad del camino
1982
70 x 50 cm
Grabado
Taller Arte Dos Gráfico
50 Ejemplares

Gloria Uribe

Bogotá, Colombia.

Es una solución de facilidad definir la pintura de Gloria Uribe como pintura primitiva. La verdad es que ella, como muchos otros creadores americanos, es un artista de lo maravilloso.

Si su mundo parece primitivo es porque es un mundo

insólito para el espectador europeo. Con árboles de colores que parecen venir directamente del ‘ «Pais de Nunca Jamás» ciudades que montan al cielo en una acumulación caótica e infinita como Torres de Babel; circos inauditos en el medio de la selva que siquen funcionando mientras esperan que nazcan los espectadores; plazas mayores que cuelgan suspendidas de los árboles. Pueblos chicos en los cuales cada personaje tiene designado su lugar, su habitación y corretea

detras de sus amores y de su odios, autobuses que circulan hundidos hasta las narices en pastos espesos y altos de la talla de un hombre… Un mundo que no deja de recordar a ese otro maravilloso colombiano que es el de Garcia Márquez, en que el gitano avanza precedido por una corte de mariposas amarillas.

Gloria no es primitiva si esto quiere decir pintor de domingo, que no conoce el oficio; ella domina profundamente su técnica; Gloria est colombiana, y su mundo es el de allá. Su pintura como su mundo es féerica, es el cuento hecho pintura,

la fabula imaginada. Incluso sus imagenes dejan a veces de ser amables y las aristas de sus objetos, que se transtorman en formas difíciles de reconocer, se ponen duras y cortantes, al igual que la realidad de su tierra. Pero aún en estos casos su pintura es un viaje a una geogratia maravillosa. Y lo maravilloso en realidad no es mas que lo inexplicable para el europeo. Lo fantástico no es otra cosa que lo real desconcido. Pero, para los latinoamericanos su mundo no parece estar reglado por la lógica implacable de la modernidad y el progreso, no se presenta como un universo terminado, sino como algo por hacerse, cuya realidad se nutre justamente del conflicto de lo real con lo posible.

Lo fascinante en la pintura de Gloria, lo que en ella resulta profundamente americano del sur, es ese momento en que su imaginación fecunda lo real y lo tran forma en maravilloso.