Gonzalo Ariza

Bogotá, Colombia, 1912 – 1995

En 1931 ingresa a la Escuela Colombiana de Bellas Artes y estudia hasta 1935, en este periodo sus intereses estuvieron enfocados en la búsqueda de una identidad propia nacional y latinoamericana, ya que la academia en ese entonces, reproducia los modelos y tendencias europeas en el arte, sin tener en cuenta el contexto local, debido a esto, fue considerado parte del movimien-to de artistas Bachué, sin embargo Ariza no hacía parte de este grupo. Su pro-ducción en ese entonces estaba compuesta por una mirada profunda y refle-xiva hacia el paisaje.

Por medio de una beca que le entrego el gobierno nacional, estudió en Japón, en el periodo de 1936 a 1938, aprendiendo grabado en la escuela Koto Kogei Gakko en Tokio, también en su estancia en este país hizo parte del grupo de estudiantes de acuarela del artista Tsuguharu Foujita. Este paso por Japón influencio de gran manera su forma de aproximarse al arte, desde su concep-ción hasta su ejecución. A este país volvería en 1955, después de abandonar el país junto con su familia, debido al rechazo que manifestaba hacia la dicta-dura del Gustavo Rojas Pinilla, siendo el primer artista colombiano en realizar una exposición en Japón con obras realizadas en ese mismo país.

A su regreso a Colombia, comienza a realizar diferentes exposiciones en es-pacios artísticos y culturales como la Biblioteca Nacional, el Museo Nacional y la Sociedad Colombiana de Ingenieros. También durante estos años, participó en el I y II Salón de Artistas Colombianos, en el Salón Nacional de Dibujos y Grabados y la Bienal de Madrid de 1951.

Tuvo un enfrentamiento con la crítica de arte Marta Traba por medio de la prensa escrita, debido a las diferencias conceptuales en cuanto a que era el arte colombiano en ese momento, siendo relegado por Traba en favor de los artistas a los que ella le daba prioridad e importancia. A partir de 1963 ser retira de los Salones Nacionales y exposiciones, debido a la agresiva crítica que es-taba recibiendo por su trabajo.

Volvería a exponer en 1973 en lugares como el Museo Nacional, el Centro Co-lombo Americano de Bogotál, el Salón de Exposiciones del Fondo Cultural Cafetero y la Biblioteca Luis Ángel Arango. En 1985 el gobierno de Japón le otorgo la condecoración Kun Santo Zuimosho y en 1987 recibe el Gran premio Cooperartes a la vida y obra de un artista.

Su obra giraba en torno a la naturaleza y al paisaje, buscando captar la luz, la atmósfera, la humedad y las diferentes sensaciones que cada clima posee, también prestando atención a los detalles que conformaban la flora de estos lugares.