León Ferrari
Buenos Aires, Argentina, 1920 – 2013
Hijo de Augusto C. Ferrari y Susana Celia del Pardo, León Ferrari nace el 3 de septiembre de 1920 y es el tercero de seis hermanos. En 1946 se casa con Alicia Barros Castro y tienen tres hijos: Marialí, Pablo y Ariel. En ese mismo año, comienza a pintar y dibujar ocasionalmente, por ejemplo, los retratos de Alicia de 1946-1947 y algunos cuadros de flores.
Debido a cuestiones familiares, en 1952 viajó a Italia. En 1954 comienza a hacer esculturas de cerámica y en 1955 realizó su primera exhibición individual en Milán. Ese mismo año regresó a Argentina, mientras que en los años 1959 y 1960 realiza tallas en madera y estructuras de alambres, primero entrelazados y luego soldados.
En 1962, durante su segundo viaje a Italia, realiza la primera escritura abstracta, ininteligible, serie que continúa hasta el presente y que elabora en distintas variaciones.
En 1963 denomina a un conjunto Cartas a un general, y en 1964 Vanni Scheiwiller publicó en Milán Escrito en el Aire, un libro de poesías de Rafael Alberti e ilustrado por León Ferrari. Ese año también ejecuta Cuadro escrito, la descripción escrita de una obra, considerada hoy como uno de los primeros ejemplos del arte conceptual internacional.
En el Premio Di Tella de 1965 presenta La civilización occidental y cristiana, un Cristo de santería crucificado sobre la maqueta de un bombardero norteamericano, pieza que fue rechazada. A partir de esa muestra se limita a hacer algunas obras políticas presentadas en exposiciones colectivas, como Homenaje a Vietnam, l966, Tucumán arde, 1968 y Malvenido Rockefeller, 1969, entre otras.
En 1966 compuso el collage literario Palabras ajenas (un diálogo en paralelo entre Johnson, Hitler y los dioses cristianos).
TEXTOS
Por Tania Olivares Fernandez
El catolicismo, medio de comunicación burlesca del artista argentino que tuvo que exiliarse a Brasil tras las amenazas de la dictadura militar.
León Ferrari utiliza sátira en sus piezas. La religión católica es la influencia para la creación de arte. La obra plástica es el medio para ser congruentes sus opiniones ante la vida. Para el argentino, los paisanos no son libres.
León Ferrari nació en la República Argentina en 1920, es un artista visual multidisciplinario. Su obra, desde sus primeras creaciones, tiene un aspecto aparente de años actuales. A pesar de que sus piezas parten desde la década de los 50, son totalmente novedosas con un sentido analítico completamente desarrollado.
Producción artística de León Ferrari, desde la escultura a la poesía
En Roma se alojó en 1955 por cuestiones políticas de su país de origen, es ahí donde incursionó en el arte visual, realizando esculturas de cerámica. En el mismo año produjo una película titulada La primera fundación de Argentina con el guión de Fernando Birri sobre el dibujo de Oski.
En su trayectoria como artista plástico, su trabajo con variantes en la disciplina, desde escultura, performance, grabado, brailles, heliografías, video, poesía, instalación, arte postal y dibujo. Sin importar la disciplina, maneja temas en contra de la religión, la guerra y la gramática.
El exilio en Brasil de León Ferrari
Después de su estancia en Europa, regresó a su país natal, donde fue amenazado por la dictadura militar al haber publicado varios artículos en el diario Página 12, entonces decidió exiliarse en Brasil de 1976 a 1991, lugar donde observa que la forma de pensar de los brasileños es más abierta.
“La cabeza del país vecino es más libre a comparación de como actúan los argentinos“, lo menciona en la entrevista “The Architecture of madness” editada por Alejandro Salvo. León Ferrari se refiere a ese aspecto, ya que gran parte de su obra habla sobre los límites mentales que la religión presenta enla cultura del hemisferio occidental.
La Iglesia obstáculo de superación
Por esa cuestión realiza obra visual donde manifiesta su postura en contra de la nula cooperación de la Iglesia ante situaciones importantes en la vida. Hace mención de la falta de congruencia de palabra y acción del cristianismo. En la entrevista que realizó Conrado Yasenza, Ferrari afirma su gran ira ante la Iglesia Católica de Argentina.
La colaboración de la Iglesia con la dictadura no concluyó con su caída. Esta pidió primero una ley del olvido (de los crímenes cometidos); cuando se iniciaron los juicios los combatió; cuando los integrantes de las Juntas de las Fuerzas Armadas fueron condenados, pidió el indulto y el ya fallecido (Antonio) Quarracino los fue a visitar al Penal de Magdalena.
– “Son cristianos que sufren“, se justificó -; cuando fueron indultados y liberados, los invitó a una fiesta en la Nunciatura con motivo de un aniversario del Papa, y desde entonces estuvo en campaña para obtener la absolución que el indulto no incluyó, pues tal es el significado de la reconciliación y el perdón que proponen los uniformados de la Iglesia y las Fuerzas Armadas.
A pesar de que muchos latinoamericanos tienen una forma de pensar similar a la de Ferrari ante la impunidad de la religión, la diferencia recae en que su rencor es por la carencia de inteligencia y acciones inadecuadas, más que nada en su país natal, y con menor relevancia, pero implícito en la obra también, la manipulación católica ante la población mundial.
Esculturas de rechazo ante la religión
La manera de representación ante la religión católica, es en la disciplina de escultura formada por objetos comprados, acomodados de cierta manera donde la lectura es satírica, causando una reacción agradable ante el espectador.
Lo observamos en la pieza de Santos en la sartén, donde 20 santos de dimensiones pequeñas son colocados en la parte interior del objeto, todos puestos en una misma dirección, su cabeza hacia un mismo punto, y como las posiciones naturales de fabricación de dichos muñecos son en forma de súplica, al tomar la fotografía, los santos se interpretan haciendo una petición ante el humano, que es más alto a comparación de los santos, por lo tanto superior a ellos.
La superioridad se observa por la posición de la imagen, está en toma de aérea, siendo los santos el producto comestible a punto de ser cocidos y asesinados por los humanos. La sátira cae en la posición inversa del pedimento de una resolución ante el humano, en vez del humano hacer sus rezos y pedidos a los santos, los santos les piden a los humanos no ser cocinados.
La pieza del tanque de guerra, representación de la violencia
Observamos un tanque de guerra modelo Panzerkampfwagen VI, realizado originalmente por los alemanes en el año 1937, diseñado por Porshe y Henschel. El arma era conocida corrientemente con el apodo de tigre. El tanque de guerra utilizado por Ferrari tiene la singular diferencia, de ser una representación del tanque de guerra original, un juguete, en diminuto
Lo irónico y simpático, es la manera de representación. León Ferrari utiliza productos ya construidos, conseguidos en una juguetería o afuera de una Iglesia, Son esculturas pequeñas de plástico duro, piezas tridimensionales con las que niños pequeños se divierten, juguetes que representan la guerra, donde los niños empiezan a naturalizar la violencia.
La pieza es importante porque León Ferrari pone en igualdad la guerra con la religión, haciendo ver al espectador que la manera de manipulación en la guerra es la misma que utiliza la religión.
Por Florencia Battiti
León Ferrari (Buenos Aires, 1920), artista de formación autodidacta, es considerado internacionalmente como uno de los iniciadores del arte conceptual. Desde comienzos de los años 60 confluyen en su obra lo poético y lo político como un mismo modo de interpelar los discursos hegemónicos del poder. En su extensa producción se destacan obras como Cuadro escrito (1964) –que describe por medio de la escritura la realización de un cuadro– y La civilización occidental y cristiana (1965), una crucifixión contemporánea que superpone un Cristo de santería a un bombardero norteamericano, una de las primeras piezas que denunciaron la intervención bélica de los Estados Unidos en Vietnam.
La producción de León Ferrari abarca una amplia gama de medios artísticos –escultura, pintura, dibujo, teatro, assemblage, cine, arte postal, poesía, performance, collage, etc.– y se caracteriza por la irreverencia con la que aborda el acto creativo y el compromiso ético que articula a través de su cuerpo de obra.
Las series Relecturas de la Biblia y Brailles, iniciadas a mediados de los años 1980 y 1990, respectivamente, sintetizan algunos de los temas y estrategias que traman gran parte de su trabajo. A partir de la práctica del “montaje”, Ferrari organiza el encuentro inesperado entre imágenes (o entre imágenes y textos) que representan realidades dispares y distantes con el fin de desplazar sus sentidos canónicos y generar nuevas significaciones. Al confrontar entre sí reproducciones de obras maestras de la historia del arte occidental, citas bíblicas, imágenes de la tradición erótica oriental o de los medios masivos de comunicación, provoca reflexiones críticas acerca de la institución religiosa, la guerra, el sexo y el poder.
La serie Relecturas de la Biblia está compuesta por collages en los que el artista yuxtapone imágenes provenientes de la iconografía judeocristiana o de la historia del arte con otras procedentes de la erótica oriental o de la cultura mediática contemporánea. El encuentro de dos realidades ajenas y distantes en el tiempo histórico apunta a cuestionar, por medio del humor y la ironía, aquellos valores tomados como absolutos por la cultura occidental.
Reivindicando el tacto sobre la mirada, en la serie Brailles Ferrari toma reproducciones fotográficas y láminas de artistas como Giotto o Miguel Ángel y las perfora para escribir en braille poemas o pasajes de la Biblia. “Los Brailles”, afirma el artista, “se me ocurrieron porque Borges era ciego, pero a su vez tenía unos poemas de amor muy lindos […] La idea de un poema de amor sobre una chica fotografiada desnuda surgía de que había que acariciar a la mujer para poder leer lo que decía el texto poético”.