María Fernanda Zuluaga

Bogotá, Colombia, 1960

El arte no contempla horarios, es más bien una labor que está permanentemente ligada a la vida misma, se convierte en una actitud hacia ella y en una forma de mirar el mundo. La autora piensa que la misión del artista y el fin último del arte, es comunicar a través de la obra —o como bien lo dice Deleuze, resistir— y entregar otra perspectiva del mundo para que todos puedan ser conscientes de la vida y den sentido crítico, trascendente, revelador y optimista a la existencia.Esta es la idea que María Fernanda Zuluaga propone desarrollar en el presente libro, partiendo del concepto de sublime en Burke y de acontecimiento en Lyotard, para continuar con los conceptos de verdad y de acontecimiento en Heidegger; posteriormente, estableceré un paralelo con obras de arte en las que considero que de alguna manera se manifiestan o tienen lugar los conceptos de estos tres filósofos. Si bien la filosofía y el arte son autónomos, pueden ir de la mano en algunos aspectos, aportándose mutuamente y permitiéndonos un mayor entendimiento de la realidad.