Rita Miranda

Rita Miranda tiene un especial talento para reproducir fielmente sobre el lienzo figuras y objetos captados de la realidad. Siempre se sintió orgullosa de esto, hasta que un día se encontró con otra verdad. Conoció a tres artistas: Manuel Hernández, Pablo Solano y Sylvia Mallarino y, asegura: caí en cuenta y comprendí lo que era en realidad el arte .

A partir de ese momento, su compromiso con lo vital fue inmediato. Descubrió que en el arte nada debería ser tan planificado, cómodo o fácil y que lo que consideraba como seguridad era más bien un obstáculo en su carrera como artista plástica y visual.

Ahora Miranda dice que realiza gimnasia mental, que deja su seguridad a un lado y que ahora sí hay una aceptación de lo propio. Aunque ha sido un proceso lento, casi 16 años, se siente contenta con sus logros. Su pintura está impulsada por la dinámica de su mundo interno y apela al inconsciente como parte importante de su abecedario pictórico.

Asegura que la rápida gratificación que recibió de la crítica y de los espectadores, años atrás, le hizo daño y por eso, como acto de reivindicación, presenta imágenes fuertes, que no son complacientes pero que son su verdad.

Ahora que vive y trabaja en Bogotá, dicta talleres donde intenta transmitir a sus alumnos el proceso que vivió.

Les enseña a ir en contra de lo preconcebido, a eliminar obstáculos y a buscar su propio método investigativo.

Su obra es el producto de una técnica mixta, que incluye óleos, pasteles, resinas, vinilos y carboncillo con grafismos. Sus imágenes son elementales. Nada es fino, pero todo es coherente con su forma de pensar. Asegura que en su trabajo hay vida porque lo que hace está estrechamente unido su cotidianidad.