Pepe González

José Antonio González Gutiérrez

Medellín, Colombia, 1959

Pues bien, las pinturas de González Gutiérrez son, por una parte, invenciones absolutas, en las que, por lo tanto, no se describe ni un edificio particular, ni se alude a nada visto de manera específica, y, por otra parte, imágenes tranquilas y puras, sin el desasosiego de las pesadillas o sin el espanto de los espacios y de los inmuebles vacíos, y exclusivamente concebidas como creaciones pictóricas, en las que hay composiciones espaciales, formas geométricas y muchas alusiones a concavidades, a sombras y luces.

Heredera de la pintura moderna más característica, la producción de este artista no intenta ni contar detalladamente cómo es la arquitectura, ni llenarse de contenidos de duermevela, sino, exclusivamente, establecer un hecho visual, válido por su pulcritud y, sobre todo, por el exacto acuerdo de todas sus partes. De allí que, muchas veces, sus lienzos puedan verse como trabajos abstactos.

A diferencia de lo que frecuentemente sucede, que un artista se encierra en un problema, enM un tema y en un contenido y hace hasta la saciedad una serie de variaciones sobre el mismo planteamiento para una exposición, González Gutiérrez, no tiene una sola propuesta, sino que lo que actualmente trabaja demuestra -como puede verse- variantes significativas, entre cuadros más complejos, en los que se multiplican los vanos, se dividen los espacios y se crean verdaderos entramados de sombras y luces, y cuadros muy sencillos, en los que la composición se limita a una relación de diagonales, en torno de una ilusión de tajo, de espacio en profundidad, de sombra.

Si hay una palabra que defina bien los óleos de González Gutiérrez ésta es: austeridad. Sus lienzos carecen de empaste, tienen poco color – la gama de su obra se restringe a los grises, sepias, ocres y rojizos -, su diseño se limita a lo esencial y sus composiciones nunca son prolijas. Sin embargo, esta austeridad no es, en su caso, sinónimo de vacuidad. Su obra, basada – como ya se dijo – en lo estrictamente pictórico, no deja de insinuarnos que el artista es también una persona apasionada por el conocimiento teórico de la realidad y un admirador entusiasta de la Historia el Arte.

German Rubiano Caballero