Tania Bakalarz

Beirut, Libano

Tania nació en Beirut, Líbano, dejó Beirut con sus padres a una edad muy temprana para reasentarse en Bogotá, Colombia y luego emigró a Miami, Florida con su familia.

En Bogotá Tania estudió arquitectura en la Universidad Javeriana y trabajó como freelance en diseño y dibujo arquitectónico. Más tarde recibió un Grado Asociado en Diseño de Interiores en el Instituto de Arte de Fort Lauderdale, se graduó como Summa Cum Laude y ganó el premio al mejor proyecto de graduación.

Tania trabajó en varios proyectos de diseño de interiores a partir de entonces. En el año 2000 se incorporó al estudio de Carlos Arturo Pereira y desde entonces se dedica a la pintura.

Las pinturas de Tania han sido muy apreciadas por coleccionistas de arte privados que poseen sus pinturas en varias ciudades del mundo como Nueva York, Miami, Los Ángeles, México y Bogotá.

Desde joven Tania mostró interés en las artes por influencia de su padre y de esa manera tuvo oportunidad de desarrollar sus aptitudes. Su primera pasión fue la de arquitectura y se supo destacar como estudiante a lo largo de su carrera universitaria y luego asistiendo en el desarrollo de diversos proyectos. Dejando la práctica nació su interés y creatividad en las artes, particularmente en pintura. Tania se especializa en pintura en olio sobre lienzo aunque también ha disfrutado pintar sobre cerámicas que se han utilizado como elementos de decoración.

En la actualidad Tania desarrolla su trabajo en un taller de pintura en Miami en donde comparte con un grupo de artistas. Ha participado en muestras colectivas en varias exposiciones como son la Galería de Heart Studio en Hollywood, Florida, Fundación de Wizo en Miami Beach, Florida, Exposición Anual de Williams Island en Aventura, Florida, Historical Society Museum en Washington D.C. y en Star Island Event en Star Island, Florida. Sus obras forman parte de colecciones privadas en varias partes del mundo, principalmente en Estados Unidos, México y Colombia.

Al inicio de su carrera como artista el deseo de Tania fue de solo compartir sus obras con un círculo pequeño y exclusivo, pero por insistencia de coleccionistas, familia y amistades finalmente accedió a ampliar aquel horizonte.